El equipo de Becerra brindaba justo las especificaciones que los Justiniano deseaban: una filipina para chef ligera para ventilar la humedad y aliviar el calor de la cocina. Las dos empresas se comunicaban con facilidad por teléfono y videollamada sin tener una diferencia horaria.
Empezaron con poco, unas cuantas decenas de filipinas para chef. Para septiembre de 2021, Veronica’s Embroidery les compraba 1000 camisas de lino en una sola orden, a precios similares al que su distribuidor anterior les cobraba por mercancía importada de Asia.
Hace poco, Becerra recibió a Justiniano en su fábrica de Guadalajara. Los dos hombres discutieron una mañana una posible alianza en la que Lazzar instalara una bodega en Texas y Justiniano se ocupara de la distribución en Estados Unidos.